No es el mejor restaurante de París, pero a nosotros no ha gustado mucho. Este resto no cuenta con carta. Solamente tiene un plato único para todo el año, para cualquier estación. De entrada, como invitación de la casa te sirve una ensalada con con vinagreta de mostazas y nueces. Luego como primer plato, carne excelente en su punto exacto de cocción y de temperatura acompañada de papas fritas. Es un entrecote con una «salsa secreta». Las cantidades me parecen mucho más que suficientes, pero aún nos gustó más la atención que tuvimos en todo momento, el personal esta pendiente de si se termina la comida, te vuelven a servir rápidamente. Nosotros para seguir complaciendo la noche nos pedimos postre, super excelentes también. Esta cena esta por encima de la media, pero vale mucho la pena.